Salzburgo
UN DELEITE PARA TODOS LOS SENTIDOS
Salzburgo no es sólo una ciudad para los ojos, sino sobre todo para el paladar. Aquí, la elegancia barroca se une al auténtico arte culinario, haciendo de la ciudad de Mozart un paraíso para los entendidos. Un verdadero clásico es, por supuesto, el Salzburger Nockerln: ligero y aireado, dulce como el amor y tan suave como las nubes que flotan sobre la fortaleza de Hohensalzburg. Pero eso es sólo el principio. En las tabernas de la ciudad le esperan especialidades tan sabrosas como el Kasnocken o un cerdo asado perfectamente crujiente. La cocina austriaca no puede ser más auténtica.
Los amantes de los dulces serán felices en Salzburgo. Los Mozartkugeln, los famosos pralinés de chocolate, son aquí algo más que un dulce: son un bien cultural en forma comestible. Pero el strudel de manzana, las tortitas de requesón y la delicada tarta Sacher son también imprescindibles en cualquier viaje gastronómico. Y luego está el café.
Ya sea en la tradicional cafetería Tomaselli, la más antigua de Austria, o en uno de los modernos tostaderos, el aroma del café recién hecho forma parte de Salzburgo tanto como Mozart y los Alpes. Añada un trozo de tarta y la tarde será perfecta.
Pero Salzburgo también puede ser moderna. Los innovadores restaurantes de la ciudad combinan ingredientes regionales con influencias internacionales para crear obras de arte culinarias que no sólo saben bien, sino que también sorprenden. Tanto si le gustan las delicias saladas como las tentaciones dulces, Salzburgo es un festín para el paladar.
Salzburgo sabe bien.